¿POR QUÉ HAY QUE CORREGIR?

¿POR QUÉ HAY QUE CORREGIR?

(CONTINUACIÓN DEL ARTÍCULO ANTERIOR)

Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera

2. POR QUE HAY QUE CORREGIRNo se trata de tomar un látigo y castigar a quien no hizo lo correcto, sino más bien entender las razones por las cuales los resultados han sido contrarios a lo que se esperaba. Nadie quiere equivocarse, nadie hace las cosas de manera errada con la intención de hacerlo.

Los padres tenemos claros y buenos deseos de que nuestros hijos sean personas de bien, con comportamientos adecuados, correctos, con valores y felices. Sin embargo, los traemos al mundo como resultado de un deseo de materializar el amor, sin saber que somos anfitriones de la vida de esos seres, a quienes debemos enseñar cómo vivir. Esa es una preparación que nadie nos ofrece de manera formal y que cuando nos enfrentamos a la realidad de ser padres, no nos queda más que reproducir aquello que observamos que otros hicieron en esa función. O también, eliminar aquellas acciones que consideramos reprobables de quienes nos formaron. Es decir, o hacemos lo mismo que nuestros padres hicieron, o nos decidimos por hacer lo contrario.

Los problemas de formación de los hijos se inician cuando quien o quienes tienen un hijo se enfrentan de pronto con la necesidad de desempeñarse en la función de ser padres, lo que nadie les enseñó. Entonces se recurre a la experiencia y se asumen papeles de acuerdo a lo que se vivió como hijos, pero con poca información de los motivos que tuvieron sus padres para actuar como lo hicieron.

El problema se agrava cuando quienes van a formar a ese niño recién llegado, tienen diferentes experiencias en la forma como fueron educados. En el caso de una pareja, ambos traen modelos de educación diferentes y la tarea es unificarse en criterios para crear su propio modelo. Si es una persona sola quien tiene un hijo, de cualquier forma hay personas cercanas que opinan y que de alguna manera influyen en quien debe cumplir con el papel educador de ese niño. En ambas situaciones los padres están aprendiendo a ser padres sobre la marcha, y eso implica grandes posibilidades de ensayo error. ¿Quién es responsable de eso? Nadie. Las escuelas para ser padres apenas se están poniendo de moda, y ninguno asiste a ellas antes de enfrentarse a la realidad de serlo.

Por otra parte, si bien es cierto que existen leyes del comportamiento humano, no existe receta exacta para educar. Esto se debe a que todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles, y cada uno respondemos de diferentes maneras ante estímulos semejantes. Sin embargo, los estudiosos de las leyes antes mencionadas, ofrecen lineamientos y sugerencias que se han probado son efectivas y eficientes, las cuales se pretenden revisar en este tema de “Corregir sin castigar”.

Este tema se desarrolla con el fin de hacer las modificaciones que son necesarias para que la conducta que pretendemos enseñar sea efectiva y correcta. Por lo general, en el afán de que nuestros hijos se comporten de manera adecuada, aplicamos correctivos que les lastiman, lo que se debe tratar de evitar, porque lo que queremos es colaborar en el desarrollo de una personalidad sana, lo que no se  puede lograr cuando se aplican correctivos que causan dolor permanente.