ADQUIRIR AUTONOMÍA

ADQUIRIR AUTONOMÍA

 Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera 

8. AUTONOMÍA EN LOS NIÑOSLos niños necesitan conquistar su autonomía para construirse bien, pero progresivamente, a su ritmo. La psicoanalista Etty Buzyn advierte contra la tendencia de la sociedad a empujar a crecer a los niños demasiado pronto, demasiado rápido. Y ayuda a los padres a encontrar el compromiso adecuado para que el niño logre el objetivo de alcanzar su autonomía.

Es importante entender que el niño tiende naturalmente a la autonomía, que está programado genéticamente para convertirse en un individuo completo y autosuficiente. Durante el primer año de vida, el bebé es totalmente dependiente. Cuando empieza a caminar, manifiesta por primera vez su deseo de independencia. El desplazarse le permite no sólo descubrir su entorno, sino también tomar distancia respecto de las personas que se ocupan de él.

Los tres años marcan otro punto de inflexión. El niño tiene ya plena conciencia de sus posibilidades y quiere probarlo todo.  El adquirir autonomía no es fácil para todos los niños. A algunos les cuesta más, e incluso les produce angustia. Por eso es necesario darles mucho amor y atención para tranquilizarlos. El niño que siente que está recibiendo lo suficiente de sus padres asumirá más fácilmente las separaciones, que son la base de la autonomía. Después, los padres deben acompañar a su hijo en su búsqueda de independencia.

Por otra parte, lo más descorazonador para un niño es no ser tomado en cuenta. Necesita que sus esfuerzos sean valorados y la mirada de sus padres. Para darle confianza y animarlo no hay que hacer las cosas por él, sino estar a su lado mientras las hace él solo. Así estará mejor preparado para afrontar el colegio, donde va a tener que existir por sí mismo en medio de un grupo, desarrollar sus propias capacidades y defenderse si es preciso.

Adquirir autonomía va de la mano con las reglas y límites, por ello, en definitiva, los padres deben establecerlas: lo que está permitido, lo que es negociable y lo que está prohibido.

Las tareas en casa son ayuda para que el niño vaya probando su autonomía,por ejemplo desde los cuatro años el niño debe intentar vestirse por sí solo, o tener ordenada su habitación, aunque algunos pueden tardar hasta los seis para lograrlo adecuadamente. Todo depende del niño. Los padres pueden sugerirle que lo intente, decirle que sería estupendo que lo lograra, pero cada niño tiene un ritmo diferente que conviene respetar.

A veces se opina que los niños, cada vez más, se ven empujados a una autonomía demasiado precoz, y es verdad, debido a que en la actualidad la presión del mundo profesional, la separación de las parejas, hacen que los padres estén a veces poco presentes. Hoy se pide demasiado a menudo a los niños que se ocupen de sí mismos, que maduren lo antes posible, y no por su propio interés, sino para compensar una falta de disponibilidad de los adultos a su alrededor. Un niño que pasa ocho horas al día en el colegio, donde las reglas son estrictas, tiene además, en casa, que comer como es debido, jugar sin hacer ruido, recoger su habitación sin discutir y acostarse dócilmente. Hay que tener cuidado con esto. El niño no es aún una persona mayor. Necesita su tiempo para pasar de una etapa a otra.

A la inversa, en una sociedad muy preocupada por la seguridad, algunos padres son muy protectores. En estos casos, demasiada protección puede impedir al niño probar su iniciativa y liberarse. Ante las exigencias la pasa mal y le cuesta enfrentarse a las cosas, llora cuando tiene que ir al colegio y es incapaz de defenderse. En interés del niño, hay que encontrar la distancia adecuada: saber estar presente dejando un espacio de libertad donde pueda vivir sus propias experiencias.