EL PODER DE LOS CUENTOS

EL PODER DE LOS CUENTOS

Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera

EL PODER DE LOS CUENTOSDefinitivamente los cuentos son parte de nuestra existencia; nos gustan de pequeños y cuando adultos los recordamos con ternura. Además de esa dotación emocional, los cuentos dejan muchos aprendizajes, que a lo largo de la vida permanecen.

El contacto con los cuentos se inicia desde edades muy tempranas; inclusive se sabe ahora que los padres interesados en el desarrollo de sus hijos, les cuentan cuentos aún antes de nacer.

Del año a los dos de edad, cuando el niño ve un cuento que le leen, abre sus ojitos de par en par para observar las imágenes que se encuentran dentro de él. Si el protagonista llega a llamarse como él, el interés es enorme y se encanta cuando logra distinguir animalitos y objetos que ya le son conocidos. Su emoción es grande, y aunque aún no sabe expresarse, intenta decir algo  señalando al mismo tiempo las imágenes que ha reconocido. En esta edad se disfruta tanto el escuchar la historia como el ver las ilustraciones.

Son convenientes las historias simples de niños como él, de argumentos sencillos como ir al parque,  jugar con agua, o de animales que ya conozca y le sean en cierta forma familiares. Es importante escoger libros que contengan imágenes grandes , claras y que sean fáciles de identificar. Los libros de esas edades son hechos de materiales resistentes como cartón grueso, plástico o tela.

Cuando el niño tiene de tres a cuatro años de edad, ya está listo para escuchar el cuento y responder algunas preguntas sencillas sobre su contenido, como ¿De qué otra manera podría haber terminado el cuento? ¿Cómo piensas que se sentía?

En esta edad los niños comienzan a ser exigentes con los cuentos y también con las explicaciones que se les ofrecen. Quieren comprender y no perderse nada. Es importante proporcionar al hijo historias sencillas, afectivas y de acción lineal, que no sean complejas ni excesivamente largas.

Las primeras historias son aquellas en las que aparecen elementos que al niño le son familiares y en las que encuentra semejanzas con su vida habitualmente: papás, niños, el perro, el gato, la hormiga, y otros. Le interesan los relatos formados por episodios similares a los de su vida cotidiana: como levantarse, desayunar y lavarse los dientes.

Los cuentos de animales les fascinan. Estos personajes pueden estar humanizados o no y ser los protagonistas de narraciones reales o ficticias. De todas formas, les encantarán. Aquellos cuentos que tengan juegos de palabras, aunque sólo sea en el nombre de los personajes o lugares que aparecen en la historia, les parecerán muy divertidos.Repetir rimas y nombres formados a partir de juegos de palabras les ayuda a perfeccionar su pronunciación.

Además de los cuentos, en esta edad les encanta escuchar historias reales protagonizadas por él mismo en su infancia o por algún miembro de su familia. Escuchar las narraciones de algo que él mismo realizó, aunque no lo recuerde, le irá ayudando a construir su propia historia personal.

Ya más grandecitos, de los cinco a los siete años de edad, los niños sueñan con ser gigantes, enanos, sirenas o dragones. Los cuentos deben contener ahora castillos, príncipes y princesas, habichuelas mágicas y hadas complacientes. Ellos quieren fantasía y creatividad. Su expresión oral y su comprensión les permiten exigir calidad en sus cuentos, emoción e imaginación. Es el momento de contarle los cuentos de hadas con argumentos sencillos como La Cenicienta, Ricitos de Oro, Blanca Nieves, y otros. La estructura repetitiva de los cuentos, en esta edad es importante. Cada repetición hace que el cuento sea más familiar y reduce el esfuerzo de atención. La repetición, además, le estimula intelectualmente para seguir sin perderse la secuencia de las aventuras.

Otros cuentos recomendables en esta edad son aquellos que contienen elementos familiares: a los niños les cuesta prestar atención durante mucho rato, por eso prefieren una historia que ya conocen antes que un cuento nuevo. Para crear un mundo nuevo la imaginación debe partir de material viejo.  Por otra parte son convenientes los cuentos de acción rápida; cuanto más rápido se suceden los acontecimientos de la historia más atención prestará el niño al explicarle el cuento.

Pasada esa edad, los niños, acostumbrados a las lecturas de cuentos se encantan leyendo por su cuenta. Ellos se fascinan con los que narran aventuras y en los que aparecen héroes. Buscan emoción tanto en el argumento como en la descripción de los personajes. Es aconsejable tenerles a la mano cuentos mágicos que tengan valor moral o que les enseñen los valores importantes de la vida. A esta edad, disfrutan con los relatos donde los protagonistas son humanos y donde aparecen personajes secundarios.

De manera adicional, los cuentos son de gran utilidad para promover momentos de cercanía hijo-padres, para que escuchen y aprendan vocabulario, adecuada pronunciación de palabras, secuencias de hechos, causas y efectos, circularidad en las acciones, desarrollo de la imaginación y la creatividad…entre otros…y además grandes momentos de diversión.