ENSEÑAR A UN NIÑO SU PAPEL COMO VARÓN
Por Dra. Patricia García Mora
Terapeuta Familiar en Supera
Los padres tienen un papel fundamental que desempeñar con respecto a su hijo.
Deben subrayar y valorar lo que caracteriza su sexo, porque existen las diferencias entre los niños y las niñas. Por ejemplo, los niños son más dados a la acción; y las niñas, a la reflexión.
El padre puede ayudar a su hijo a controlar su exceso de energía, puede apoyar su deseo de acción, al tiempo que le descubre otros valores, los del otro sexo. Ser un hombre implica asumir la masculinidad y aceptar también la parte de feminidad que todo hombre lleva dentro.
Evidentemente, la falta de diálogo levanta una barrera entre hombres y mujeres. Algunas mujeres se quejan de que el hombre con el que viven nos demasiado comunicativo, pero lo excusan con cariño: «Es que su madre no hablaba mucho con él…» Y sin embargo, ellas mismas repiten la historia al charlar mucho más a menudo con sus hijas que con sus hijos.
Las madres tienden a hablar más con sus hijas, porque tienen la sensación de que ellas las comprenden mejor. Esta falta de diálogo entre madres e hijos (ellos) perpetúa la situación que se quiere superar y dificulta la educación para la igualdad.
Por otra parte el hijo varón, tal vez algún día será padre y la verdad es que se tiende a hablar con mayor naturalidad con las niñas de su futuro como madres que con los niños de su futura paternidad. Este es un tema que también conviene abordar con ellos. Un niño que juega con una muñeca puede propiciar la ocasión de decirle que también él, si tiene un hijo o una hija cuando sea mayor, acostará a su bebé en la cuna y le dará el biberón. Pero a muchas madres les cuesta dejar entrar en este tema con los hijos varones. En algunas familias, prefieren dejar al bebé a cargo de la hermana mayor, aunque haya un hermano de más edad, y en cuanto éste se muestra torpe, se le envía a jugar a su habitación en vez de indicarle cómo hacerlo mejor.
No solamente corresponde a las madres educar a su hijo en su función como varón, dentro de una familia. Los padres también deben explicar a sus hijos el deseo que sintieron de tener niños. Conviene hablarles del modo en que fueron educados por su padre, de lo que piensan de la paternidad, de lo que sintieron cuando tuvieron hijos. Además, en casa, antes de convertirse en un buen padre, hay que pasar por el papel de ser un buen compañero.
En este terreno, un ejemplo vale más que mil palabras. Ver cómo el padre quita la mesa y pasa el aspirador hace que los hijos varones asuman como algo natural el reparto de tareas. Y, por coherencia, no se debe exigir a las niñas tareas que no se pide a los niños. Más allá de los actos y las palabras, lo fundamental es el modo en que los niños y niñas perciben el respeto que se profesan sus padres, tanto como pareja como en su papel de progenitores
Sin embargo, si un padre no es precisamente un modelo en ese sentido, es preciso intentar el diálogo tantas veces como sea necesario, pero siempre en privado. Hacerlo en presencia de los niños sería como descalificarlo. En definitiva, no hay que regatear esfuerzos para conseguir que nuestros hijos formen parte activa de una sociedad en la que todos, hombres y mujeres, se sientan más felices.