FRASES Y MENSAJES
Por Dra. Patricia García Mora
Terapeuta Familiar en Supera
La crianza de un hijo coloca a los padres en situaciones difíciles y llenas de retos. En la actualidad existe una mayor conciencia de las formas de comunicación interpersonal entre los miembros de una familia. Con frecuencia se presentan situaciones que son muy diferentes a las formas como antes se acostumbraba comunicarse entre padres e hijos. Las generaciones van evolucionando en todo y eso no deja de lado las formas de comunicarse. Ahora es importante poner atención en los tonos y tipo de palabras que se utilizan, porque en muchas ocasiones lo que se dice puede causar un efecto contrario al que se tiene en intención.
En este artículo se presentan cinco frases que son comunes pero que pueden ser ineficaces.
1. ‘‘ Todo está bien”’
Cuando el niño se lastima o se pone en peligro, su primera reacción es llorar y eso no agrada a los padres. Si después de una experiencia de ese tipo escucha a sus padres decirle que “todo está bien”, el niño se confunde y puede pensar incluso que no es importante para sus padres lo que le ha pasado. En estos casos conviene acercarse, abrazarle, reconocer lo que le ha pasado y aceptar que su llanto es válido. Tal vez decirle “ lo malo ya pasó” o algo similar, le sea de más utilidad que escuchar que todo está bien.
2. “Apúrate, rápido o date prisa”
Los niños se encuentran en etapa de aprender muchas cosas y todo este aprendizaje requiere tiempo. A veces los padres se desesperan porque sus hijos se tardan para levantarse, vestirse, abrocharse los zapatos, comer, recoger sus juguetes, etc. El apurarles les causa mucho estrés y el aprendizaje con esta sensación se paraliza. Si se sabe que hay apuro es mejor programar tiempo adicional para que el niño tenga oportunidad de hacer las cosas a su propio ritmo. También es de ayuda el que compita con un pequeño cronómetro y que aprenda a hacer las cosas un poco más de prisa compitiendo consigo mismo.
3. “Yo te ayudo”.
Algunas veces, la desesperación o apuro de los padres hace que intervengan cuando el niño está haciendo algo. También se quiere intervenir cuando se está equivocando. Por ejemplo si se pone el zapato derecho en el pie izquierdo rápidamente se le quiere ayudar a hacerlo correctamente, en lugar de preguntarle cómo siente su pie en el zapato o si se ha puesto ambos, invitarle a que vea cómo se ven los zapatos y él descubra que no van así.
4. «Si no terminas de comer no hay postre»
Esta frase, en primer lugar es negativa y condicionante, incluso suena como amenaza. Por otra parte le quita importancia en valor a la comida y se la da mucho al postre. Lo más conveniente es hablarles en forma positiva y decirles en caso en que el niño quiera comer el postre antes: “Claro, lo comerás en cuanto te termines la comida”. Use frases positivas en donde se indique que hay pasos a seguir, como: “para ir al parque hay primero que terminar la tarea”. Eso hace que los niños no consideren la comida o la tarea como un castigo, sino como un proceso natural.
5. “No podemos comprar eso, porque es caro”
Una frase de esta naturaleza da la idea al niño de que hay cosas que son imposibles, y tal vez se forme la idea de que su familia tiene problemas serios financieros. Aquí puede darse al niño la oportunidad de que vea que hay cosas para las cuales se debe hacer un esfuerzo, como ahorrar para completar la suma que se requiere. Puede decírsele “para comprar eso debemos ahorrar cinco semanas”, por ejemplo.
Es muy importante poner atención a lo que se dice a los hijos, porque toda comunicación lleva mensajes importantes que pueden quedarse en la mente de los niños, a veces en forma equivocada.