LA EMPATÍA Y LA SOCIEDAD

LA EMPATÍA Y LA SOCIEDAD

 Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera 

La empatía es un concepto de variados significados, entre ellos se encuentra la habilidad de colocarse en el lugar de las demás personas, compartir el dolor o sentir tristeza por los que sufren. Desarrollar la empatía es lo que desarrolla la posibilidad de cuidar  y respetar a los demás. A todos los padres les gustaría que sus hijos fueran personas bien adaptadas dentro de una sociedad, y esto solamente se puede lograr si el niño entiende que sus acciones repercuten en los demás, así como las de otros en él. Desarrollar empatía proporciona una gran riqueza, tano para el conocimiento de la naturaleza humana, como en experiencia para lograr relacionarse de una manera adecuada con los demás.

De esta manera se logra una adecuada comunicación con los otros y una actuación eficiente y adecuada dentro de la sociedad en la que cada uno se desenvuelve. Las personas que se consideran empáticas están mejor adaptadas, tienen un mejor manejo emocional, logran mayor popularidad, son más sensibles, más sociables, logran mejores relaciones sentimentales, son más comprensivas, generosas y negociadoras. La empatía se considera como una habilidad práctica de la inteligencia emocional, esto quiere decir que las emociones de los demás resuenan en nosotros, o sea, que podemos llegar a entender lo que sienten y por eso ellos perciben en nosotros un aliado, un apoyo, alguien que les comprende sin juzgarlos y es capaz de ver las cosas desde su punto de vista. Incluso a veces es posible experimentar las emociones de los demás como si fueran propias. A continuación se ofrecen algunos consejos que son de utilidad para fomentar la empatía en los niños:

  1. Leer cuentos y hacer dramatizaciones. Esto ayuda a que el niño tome el lugar del protagonista y se dé cuenta de la forma en que afecta a los demás, así como la manera en que es afectado por las acciones de los demás participantes del cuento.
  2. Ver programas o videos en familia. Esto da la oportunidad de que juntos analicen lo que han visto y los comportamientos de quienes se han presentado en las cintas. Ayuda el hacer preguntas como: ¿Cómo crees que se sintió…? ¿Qué piensas sobre lo que hizo….? ¿Cómo podría habérsele ayudado a…?
  3. Convivencia de pares con familiares y vecinos. Cuando el niño ve que sus padres están atentos a las situaciones que viven sus vecinos, él aprende a poner atención a esos detalles.
  4. Enseñar a expresar los sentimientos. Hacerlo ayuda a que el niño vaya reconociéndoles y aprendiendo a actuar adecuadamente cuando los experimente. Asimismo, es conveniente que vean cómo sus padres son humanos con sentimientos y es válido expresarlos. No conviene ocultar los sentimientos para no preocupar a los niños, claro que la expresión debe ser controlada, pero no simular que no pasa nada.
  5. Participar en decisiones importantes. Existen decisiones que sólo compete a los padres tomar, pero hay otras en las que conviene pedir opinión a los niños y permitirles que ellos participen. Con ello se sienten tomados en cuenta y aprenden a tomar en cuenta a los demás.
  6. Dialogar con los niños. El diálogo sobre situaciones cotidianas ayuda a que los niños comprendan cómo las acciones de unos afectan siempre a los demás. Por ejemplo si un niño quiere ir al parque esa tarde y un hermano requiere ayuda para estudiar para un examen del día siguiente.