LA FAMILIA COMO EMPRESA
Por Dra. Patricia García Mora
Terapeuta Familiar en Supera
La vida productiva se conforma por una serie de empresas, las cuales se especializan en un producto determinado que es útil para la sociedad. La pregunta es: ¡Cuál producto es el más importante? La respuesta final es: el hombre mismo. De ahí se deriva que la empresa más importante es la familia.
Ver el trabajo de la casa como el trabajo que se realiza en cualquier empresa de la que se esperan muchos y buenos resultados es importante para mejorar la calidad, tanto de la vida privada como de la vida laboral, y conseguir tener más tiempo libre para aquellas otras actividades, con frecuencia más importantes, para las que normalmente nos falta tiempo.
Verlo así permite “hacer de su casa un hogar”. Un hogar que no es un lugar de alojamiento donde cada uno va a lo suyo, sino donde cada uno colabora para hacer de la casa un sitio donde todos estén a gusto. Un hogar que sea acogedor y agradable para todos, donde se descanse y se esté bien, pero no a costa de una sola persona.
Un hogar es una empresa en la que hay que realizar a diario, pero también semanalmente y mensualmente, muchas tareas, mismas que deben coordinarse con efectividad. Muchas de ellas pueden ser delegadas en otras personas. Sólo una, la más importante, ser padre o madre, no es posible delegar. Esa debes hacerla tú y para ello necesitas tiempo y energía.
Estudiosos sobre el tema se hacen la pregunta de ¿Por qué hay que delegar? Y continúan interrogándose sobre si se emplea el tiempo en casa, en lo que es verdaderamente importante o si se dedica a cosas que otros pueden hacer.
De manera definitiva, en cualquier empresa tiene una gran importancia el delegar, no es posible que una sola persona haga de todo Mientras que nos sintamos y realmente seamos imprescindibles en nuestra empresa familiar, no estaremos en estado de dirigirla bien. Para hacerlo bien tendríamos que trabajar de tal manera que no se notará cuando no estamos. El mejor jefe de una empresa es aquel que aún en su ausencia todo funciona, pero para ello tuvo que invertir tiempo en entrenar y supervisar.
Dos elementos importantes para un buen desarrollo de una empresa son: delegar y motivar.
En la empresa, se habla mucho de motivar a las personas. Los colaboradores más directos de nuestra empresa (familia) son los hijos, pero también lo son la doméstica familiar y todos los que de alguna manera son una ayuda o un apoyo para sacar las cosas adelante.
Dirigir bien a las personas es un asunto muy importante y no todo el mundo tiene las capacidades necesarias para ello. Hay que aprender a delegar. Y delegar bien es conseguir que todos en la empresa hagan su trabajo con gusto y responsabilidad. Esto exige la dedicación y la buena mano del que dirige. Nadie puede hacer todo solo, o lo que es también una gran verdad, que para desarrollar al máximo nuestras posibilidades necesitamos a otros. Una empresa en la que todos colaboran con lo mejor de ellos mismos es una empresa en la que cada uno de los que trabajan en ella propia. Es decir, en la que todos sus miembros se identifican “con la misma camiseta”.
Sin embargo, y a pesar de la importancia de la participación de todos los empleados en la buena marcha de la empresa, el jefe es un elemento esencial. Muchas veces tendrá que ser el apoyo imprescindible para los demás, cuando las responsabilidades por ellos adquiridas cuesten, otras veces tendrá que improvisar y siempre el papel del que dirige tendrá que ser el de animar y tomar las decisiones oportunas que faciliten el trabajo en equipo. Es decir, los padres son de vital importancia en la empresa llamada familia.
En la actualidad se habla de que estamos en la cultura de la imagen y quizás por eso, hoy más que nunca, se requiere un modelo al que imitar: en la empresa es al jefe y en la familia son los padres los que tienen este papel.
Para finalizar es útil reflexionar sobre una frase que dice: “las empresas y sus productos son la sombra de quienes las dirigen”. Esto sólo nos dice que la familia y los hijos son el reflejo de sus padres. ¡Gran responsabilidad!