LA RESILIENCIA INFANTIL

LA RESILIENCIA INFANTIL 

 Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera 

9. LA RESILIENCIA INFANTILEste actual concepto, de la resiliencia, se refiere a la capacidad que tiene el ser humano para afrontar a las dificultades, los problemas y todo aquello adverso que se le presenta en su vida, la forma de superarlas e incluso de transformarlas. Un niño que haya vivido en su temprana infancia alguna experiencia traumática y de gran dolor, puede recuperarse y sobreponerse a ello a través de la resiliencia. Es más, será capaz incluso de salir fortalecido. Se podría decir que la resiliencia colabora a alcanzar la entereza más allá de la resistencia.

Es de gran importancia, por tanto, que en la educación de los hijos, se les enseñe a desarrollar esta capacidad de ser resiliente, a través de conductas, control de pensamientos y actitudes que ellos pueden aprender con el ejemplo y orientación.

Aparentemente lo anterior plantea una tarea difícil, pero lo estudiosos de la materia han establecido pasos que son convenientes para lograr el desarrollo de la resiliencia, entre ellos:

  • Hacer amigos. Enseñe y anime a sus hijos a hacer amigos. A la par, desarrolle una red familiar fuerte para que los niños se sientan amparados y aceptados. En la escuela, hay que estar atento al hecho de que ningún niño esté aislado. Las relaciones personales fortalecen la resiliencia de los niños y les brinda con apoyo social.
  •  Enseñar a los niños a ayudar a los demás. Ayude a su hijo haciendo que él ayude a los demás. El aprender a ayudar a los demás puede enseñarle lo mucho que se puede hacer por otros. A través de trabajos voluntarios apropiados a su edad, así como de pequeñas tareas que le se les indiquen hacer, los niños podrán sentirse valorados. En la escuela, se podría ejercitar pequeñas iniciativas con la creación de maneras de ayudar a los demás.
  • Mantener una rutina diaria. Ayude a tu hijo a establecer una rutina diaria y a seguirla. El respeto a la rutina es un sentimiento reconfortante para los niños, especialmente a los más pequeños. Ellos necesitan saber que están cumpliendo y haciendo bien sus tareas.
  •  Combatir la inquietud y la preocupación. Esto es tan importante como seguir una rutina, pero es importante no obsesionarse con ella. Se debe enseñar al niño a concentrarse en sus propósitos pero también a descansar y hacer cosas diferentes. Es necesario que los niños estudien pero que también jueguen y se diviertan.
  • Enseñar a los niños a cuidarse. Es importante cuidar la salud, la apariencia, y el descanso, lo que debe ser inculcado en los niños, desde pequeños. Esto debe modelarse para que con el ejemplo, los niños aprendan a cuidarse, a quererse y valorarse. Esto se puede lograr haciendo deporte, jugando, comiendo y durmiendo bien, entre otros.
  • Animar a los niños a fijarse metas.  En este punto se pueden aprovechar fechas importantes como el inicio del año, un cumpleaños o unas vacaciones, ya que son ideales para enseñar a los niños a establecer algunas metas en su vida. Esto se puede plantear como un objetivo con posibilidad de alcanzarse. De esta manera ellos experimentarán el valor del logro, de algo alcanzado, y disfrutarán de los estímulos o elogios, mientras realizan algo o cuando lo han concluido. Es decir, los niños aprenderán que tener desafíos les hacen sentirse importantes y valiosos.
  • Alimentar una autoestima positiva. Es importante ayudar al niño a recordar momentos en los que haya tenido alguna dificultad y la manera como pudo salir adelante en ello. Conviene aprovechar esos desafíos pasados para que lo ayuden a desarrollar la fortaleza para manejar los que se le presenten en un futuro. Se le debe enseñar a confiar en sí mismo para resolver los problemas y tomar las decisiones adecuadas; a tomar la vida con humor y la capacidad de reírse de sí mismo. Tanto en la escuela, como en casa, conviene hacerles ver cómo los logros individuales contribuyen al bienestar de la clase o casa como un todo.
  • Enseñar a los niños a ver lo positivo incluso en las cosas malas. El fomentar una  actitud positiva frente a las adversidades ayudará a los niños a enfrentarse a las dificultades con optimismo y positivismo. Conviene que aprendan que después de una tempestad siempre viene la calma y que no hay que desesperarse. Tanto en la escuela, como en casa, los niños pueden escuchar cuentos y desarrollar actividades que muestren que la vida sigue después de las adversidades.
  • Estimular el autoconocimiento en los niños. Hay que enseñar a los niños que de todo se aprende, ayudarle a que vea cómo a lo que se está enfrentando puede enseñarle a entender de qué está hecho.  Conviene contarle de otros o de  protagonistas de historias y cuentos que han afrontado dificultades, y cómo han crecido después de eso.
  • Aceptar que el cambio es parte de la vida. Es importante estar  pendientes con los niños cuando estén experimentando algún cambio en sus vidas. Conviene enseñarle a ver que el cambio forma parte de la vida y que se puede reemplazar con nuevos objetivos. Se puede charlar con ellos sobre los diferentes cambios que han experimentado y la forma en que éstos se han superado.