LOS EFECTOS DEL CASTIGO
(CONTINUACIÓN DEL ARTÍCULO ANTERIOR)
Por Dra. Patricia García Mora
Terapeuta Familiar en Supera
Todas las experiencias dejan aprendizaje. Eso es innegable. De esta manera, la experiencia de vivir bajo un régimen de castigo deja enseñanzas y produce efectos como los siguientes:
- La violencia y la intimidación es el camino para lograr el poder, el control, respeto y madurez.
- Se aprende a vivir con sentimientos de ira y resentimiento, lo que convierte a los niños en unos bravucones abusivos.
- El niño aprende a sentirse culpable y desvalorizado, minando su autoestima.
- La tensión impide que el niño pueda madurar y aceptar su responsabilidad
- Mata la espontaneidad, el humor, la buena voluntad y la alegría de la niñez, por temor a ser castigado.
- Disminuye su capacidad y habilidad de amar.
- Ata psicológicamente a la persona que lo castiga en un círculo vicioso que destruye su independencia y rompe su espíritu.
- Daña el valor y la confianza, produciendo timidez y cobardía.
- Induce al temor y la ansiedad, generalmente de por vida.
- Priva al niño de la experiencia de la libertad y del derecho a una niñez feliz.
De esta forma, el castigo disminuye o destruye elementos de suma importancia en la personalidad, como:
- El amor que el niño tiene por quien lo castiga.
- La autoestima, el auto respeto y la auto aceptación del que castiga y del castigado.
- El derecho de vivir una vida saludable con un mínimo de tensión y de conflictos.
- El desarrollo de la habilidad de aceptar la responsabilidad propia.
- El derecho a tener un hogar feliz, amoroso, seguro y libre de miedo.
- El desarrollo de la capacidad creativa del niño.
- La oportunidad de crecer con ejemplos de padres y parejas no violentas.
- La posibilidad de aprender lo que es la paz.
Entonces: el castigo tiene las siguientes características:
- No sirve para educar, porque para educarse se requiere apertura y con miedo ésta no se puede dar.
- No sirve para formar personas felices y seguras de sí mismas. En un ambiente lleno de temor y violencia la felicidad no tiene entrada y tampoco se puede dar la seguridad.
- Enseña a que las cosas no deben hacerse delante del que castiga, pero no que no deben hacerse en otros lugares.
- Es violencia de todo tipo: física, verbal y no verbal. Eso se conoce en la actualidad como violencia física y emocional.
Por otra parte, la persona que castiga sufre, no se siente cómoda y puede experimentar situaciones como las siguientes:
- Se siente insatisfecha.
- No sabe controlar sus emociones.
- Se deja manejar por sus emociones y es inconsistente.
- Se siente culpable con frecuencia.
- Aleja el amor.
- Mantiene un poder ficticio.
Es importante recordar que las acciones vienen después de las emociones y éstas se generan en los pensamientos. De tal forma que lo que impulsa a castigar es un pensamiento que puede cambiarse, para que a su vez haya modificaciones en lo que se siente y en la forma de actuar.
Revisar el castigo es importante antes de plantear nuevas alternativas, porque éstas solamente podrán elegirse si se entiende que en este método no hay utilidad y sí muchos inconvenientes.