SEMBRANDO LA SEGURIDAD

SEMBRANDO LA SEGURIDAD

 Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera 

5. SEMBRANDO SEGURIDADLa seguridad es el sentimiento de tranquilidad que contrarresta la angustia ante el peligro o el fracaso. La inseguridad magnifica los obstáculos y las limitaciones con las que el niño se encuentra durante su desarrollo. Sentirse seguro es básico para que pueda actuar y buscar alternativas.

Para que el niño vaya cobrando seguridad, conviene hablarle sobre lo que es real y sobre lo que es fantasía, quitando el mito de los personajes que le asustan o intranquilizan. Cuando lean un cuento o vean una película, es importante explicar que hay personajes o situaciones que no existen, que se crean para provocar miedo. Con esto se disminuye el terror que puede producir alguna situación.

Algunos niños temen la oscuridad y para ello hay que idear la forma de percibirla como un juego. Es interesante hacerle comprender que sin la oscuridad y el silencio de la noche no se podría descansar. Asimismo acompañarle a experimentar sensaciones en la oscuridad y en el silencio: si se da cuenta que nada cambia cuando la luz se apaga, respecto a lo que veía con anterioridad, entenderá y empezará a sentirse con más seguridad.

Conviene además, platicar con el niño sobre lo que es el miedo y el peligro. Es adecuado analizar juntos que es el primero y en qué situaciones se encuentran en el segundo y sobre todo de qué manera puede evitarse en algunos casos.

Por otra parte, al niño le es útil saber que también sus padres, en algunos momentos han experimentado el miedo y la inseguridad. Le sirve mucho saberlo y sobre todo la forma en que han logrado enfrentarlo. También ayuda el que juntos, padres e hijos, busquen soluciones o trucos que pueden servir para superar el temor. Por ejemplo, si siente miedo de hablar ante toda la clase que centre su mirada en un amigo.

Es importante asegurarse de que el niño ha aprendido a diferenciar entre lo que conlleva peligro y lo que no. En u  diálogo abierto conviene comentar ante qué se debe sentir miedo y qué cosas son ideas infundadas. Encontrar si sus temores son o no justificados le ayuda a diferenciar el miedo del recelo.  Esto le lleva a ser capaz  de controlar la angustia y la ansiedad apren­diendo a conocer qué es lo que le asusta.

Por otra parte, la seguridad también se tambalea a veces frente a las limitaciones que como persona se tienen, sin que el reconocerlas genere complejos que lastimen y detengan. Es conveniente analizar cuáles límites personales se tienen y buscar soluciones que le ayuden a superarlas, aunque sea de manera parcial. Para buscar cómo vencer una situación que fomenta su inseguridad primero debe aceptarse. Para que el niño esté tranquilo ante algo que no domina, es útil que juntos busquen elementos que le generen seguridad.

Finalmente, la seguridad también se alcanza cuando se comprende que no siempre se gana. El niño debe asumir que algunas veces se logra y otras se pierden; debe comprender que a pesar de que algunas veces las cosas no salen como quisiera, el desmoralizarse no sirve más que para perder la seguridad, y que los intentos se valen, porque hay posibilidad de que una próxima vez se logre el objetivo. Esta es la forma de enseñar a  enfrentarse a los retos con firmeza y convicción, los cuales en la vida se presentan con frecuencia.