APRENDIENDO OTRO IDIOMA

APRENDIENDO OTRO IDIOMA

 Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera

IDIOMAEn la actualidad el mundo se encuentra más abierto para las nuevas generaciones. Los idiomas distintos son parte de la vida cotidiana de muchos hogares y en algunos casos se hablan dos o más idiomas en casa.

Esto no es raro ya, y aunque para los adultos signifique un problema, esto no es cosa que asuste a los pequeños. Los niños tienen una natural facilidad para expresarse y entender dos o más idiomas, casi a la perfección. Se ha comprobado que entre más pequeños son les es más fácil familiarizarse con distintas lenguas.

Estudios recientes han determinado que un niño es capaz de memorizar dos lenguajes en forma simultánea en una misma región del cerebro. Cosa distinta sucede en los adultos; éstos para adquirir un segundo idioma utilizan un área distinta para cada uno de ellos. Esta información hace pensar que en los niños pequeños el aprendizaje de idiomas es algo natural  y que puede aprovecharse.

En tiempos pasados se creía que el poner a los niños en contacto con dos idiomas les confundía. En la actualidad se asegura que los niños no resultan perjudicados al desarrollarse en ambientes donde se hablen diferentes idiomas y pueden adaptarse perfectamente a ellos, sin confundirse en lo más mínimo.

Susana Camposano, especialista en Neuropsiquiatría infantil en Chile, afirma  que los pequeños poseen esta facilidad hasta aproximadamente los seis años. Así mismo, recomienda  que el niño escuche el lenguaje desde antes de los seis meses de vida, ya que sólo así aprenderá los sonidos, ritmos y entonaciones correctas. De manera textual indica que : “Un recién nacido es capaz de distinguir todos los sonidos, pero cerca de los seis meses selecciona sólo aquellos que son relevantes para su lenguaje. Los japoneses, por ejemplo, no distinguen entre la L y la R, porque su idioma no hace una distinción entre esas dos consonantes”.

Analizando más sobre el tema, se dice que  cuando  en casa se habla un idioma y otro distinto es usado en el colegio, los niños se adaptan perfectamente y saben cuándo y cómo utilizar  los dos idiomas. En algunos casos en los que el papá habla al hijo en un idioma y la mamá en uno diferente , sucede lo mismo: el niño aprende a comunicarse con cada uno en la lengua que utilizan para comunicarse con él. Sin embargo, para esto se requiere que el idioma sea la  lengua materna de quien se expresa con ella; si un padre sabe inglés, por ejemplo, y decide hablar a su hijo en ese idioma, el niño no lo aprenderá con la misma eficacia que si su papá fuera nativo de un país de habla inglesa . Lo aprenderá, por supuesto, pero no con la misma propiedad porque la pronunciación y la fluidez no son exactas.

Se afirma que es conveniente  introducir a los niños en colegios en donde el idioma que desean aprenda, sea el oficial y todo, absolutamente todo, se exprese en ese idioma. Esto se fundamenta en estudios que han encontrado que el cerebro de los niños en edad preescolar se encuentra en total apertura para aprender un segundo idioma, sin ningún problema.

Ante lo anterior, algunos padres se preocupan de introducir a sus hijos en un ambiente en donde no entienden prácticamente nada, en un principio. Seguramente los primeros días se sentirán perdidos, pero en un poco más de una semana empiezan a comprender el lenguaje  y a moverse en un mundo con una lengua distinta. Hay que recordar que en esta etapa todo es nuevo para los pequeños y poseen una enorme capacidad para aprender.

Con el fin de entender mejor la situación se puede hacer el ejemplo de cuando los padres se ven en la necesidad de mudarse a una nación distinta a la suya y se llevan a sus hijos pequeños. Ellos tardan mucho más para adaptarse al nuevo idioma que sus niños.

La Doctora Camposano indica que los niños elegirán cuál será su lengua materna de las dos que conocen. Los niños deciden elegir una y aunque escuchen en casa un idioma y otro fuera de ella, uno de los dos idiomas será el que se domine a la perfección sobre el otro, aunque tenga ambos asimilados.

La elección depende de las circunstancias en las que se encuentre el niño y de la facilidad que encuentre para expresarse mejor con una u otra. La elegida será la que se manifieste en sus pensamientos y sueños.

La única desventaja que han encontrado los estudiosos del tema es que en ocasiones los niños tardan más para lograr expresarse con propiedad. Esto no es un problema serio. Además la comprensión sí se da; lo que se tarda es la etapa de expresarse y la tardanza no es alarmante en tiempo.

La etapa de conclusión para la adquisición del lenguaje se  determina hasta los cuatro años de edad. Para entonces ya se sabrá si los problemas de expresión del niño son normales por los dos idiomas o si se está presentando algo más serio. De ser así, un profesional determinará si el pequeño se está enfrentando a serias dificultades  en el desarrollo de su lenguaje; que habrían surgido de cualquier forma con un solo idioma. Con dos, solo se recrudece el problema.  En el caso de que se presente esta situación, entonces es recomendable que el niño se encuentre expuesto únicamente a una lengua.

Si el desarrollo del niño es normal, no se presentará ningún inconveniente y  recibirá el beneficio de ejercitar su memoria y su agilidad mental, así como el de adquirir la herramienta de un segundo idioma, que le abrirá puertas de mayores posibilidades en su futuro.