LA IRA EN EL DIÁLOGO

LA IRA EN EL DIÁLOGO

 Por Dra. Patricia García Mora 

Terapeuta Familiar en Supera 

LA IRA EN EL DIALOGOMuchas son las situaciones que en la vida cotidiana provocan altos grados de estrés. El mundo moderno regala infinidad de momentos en los que las emociones se alteran y la ira aparece por cansancio, frustración, desilusión o simplemente porque las cosas planeadas con mucho tiempo y esfuerzo salen contrarias a lo esperado.

Es normal y humano todo lo anterior, pero injusto que la ira se vierta sobre quienes no tienen culpa alguna de las situaciones que la provocan. Y más aún, las explosiones incontroladas que pueden ocasionar graves heridas y lastimar a quienes más se quiere. Es el caso de los padres, que cansados o altamente preocupados por problemas que la vida les presenta, llegan a casa y ante cualquier detalle se vierten en enojo desmedido sobre los hijos.

No hay mala intención en este momento, pero desafortunadamente las intenciones no se ven y son los actos los que lastiman.

Se sabe que una vez instalada la emoción, la acción sale disparada tras de ella. Sin embargo, existe un espacio pequeño entre ellas que se llama CONTROL. Nada fácil detenerse ahí, pero vale la pena entrenarse en pararse en esa estancia con el fin de evitar dañar a quienes no lo merecen.

Cuando se sienta presa de la ira o enojo , justo antes de actuar deténgase:

CAMBIE su actitud. Las actitudes son suyas . Usted puede manejarlas. Evite que ellas le manejen a usted. Comience por moderar el tono de su voz. Esto además le traerá el enorme beneficios de que su hijo aprenderá a hacerlo al verle a usted. Recuerde que se enseña por medio del ejemplo. Si su hijo lo ve calmado en un momento de enojo, entenderá que usted espera de él el mismo comportamiento en una situación similar.

OBSERVE con detenimiento los motivos que causaron el sentimiento de enojo y piense qué es lo que hace que esas situaciones le saquen de control. Atrás de las cosas que molestan existen creencias que pueden ser modificadas.

EVITE las palabras que lastimen y confundan a su hijo. Desapruebe los comportamientos, no a su hijo. Lo que le tiene molesto es una conducta , no la existencia de su hijo. A esto se le llama separar el hecho de la persona.

TOME tiempo para calmarse antes de continuar hablando. Cuente hasta diez, o hasta el número que le calme, respire profundo, salga de la habitación, vaya a caminar. Haga lo que sea para salirse del conflicto de ese momento.

Si se encuentra muy alterado, DETENGA el momento de tomar decisiones. Una vez calmado examine lo sucedido y decida cómo manejarlo apropiadamente.

Se vale expresar el enojo o la ira con palabras y decir “me siento muy enojado con esta situación”  y añadir “Estoy tan alterado que no puedo ser justo para tomar una determinación en este momento”. No está evadiendo el problema; simplemente está esperando a que su mente se aclare para tomar decisiones con justicia. También esta forma de actuar es algo que está instruyendo al hijo sobre las formas como puede ser afrontado un problema.

Es este un tema que debe tomarse con mucha atención. Un padre cariñoso, atento, que disfruta de la compañía de sus hijos y se preocupa por darles la mejor formación, puede echar por tierra la buena relación que se requiere con los hijos para ser educados, con un acceso de ira en el que pierde por completo el control y daña si remedio.

Puede decirse que son mucho más las cosas buenas las que se han ofrecido al hijo y que estos ataques de enojo son muy escasos para causar lo que anteriormente se ha dicho; sin embargo, en la mente de un humano se fijan con mayor fuerza las experiencias negativas. No quiere decirse con esto que un error de control arruinará para siempre todo lo trabajado, pero sí que tendrá que realizar mayores esfuerzos para borrar un hecho negativo y continuar con la positiva formación de su hijo.

Si se ha dado el caso, el padre puede iniciar la corrección de su error llamando a su hijo y solicitándole una disculpa. Luego explicarle con cierto detalle lo sucedido para un mayor entendimiento y volviendo a su comportamiento habitual de ser un magnífico padre. Esto es temido por los padres porque piensan que si los hijos les ven débiles les perderán el respeto. Se sienten amenazados con perder su autoridad y dejan de lado el suceso sin dar mayores explicaciones.

Los niños se quedan con la vivencia de esa mala experiencia y con su interpretación de los hechos; cosa que muchas veces permanece grabado para siempre. Y, como se ha dicho antes, también los niños aprenderán que lo que se hace cuando se pierde el control es ignorar la situación. Se escucha con frecuencia que el hijo es tan orgulloso que no se acerca a pedir perdón nunca. ¿ No será que ha aprendido que es mejor ignorar o dejar pasar , como que nada ha sucedido?

Cuando se acerque a su hijo, después de haber recobrado la calma, es bueno que utilice lo que se llama “mensaje YO”. Este consiste en seguir una fórmula sencilla :

1.- Describa el hecho que le molestó. Ejm. “ Cuando llego cansado del trabajo a casa y me doy cuenta que hay pleitos en la mesa….”

2.- Exponga su sentimiento. Ejm. “ …me siento totalmente frustrado…”

3.- Mencione la razón de su sentimiento. Ejm. “….porque además de que deseo estar en familia y olvidarme de los problemas de afuera…parece que no he logrado darles una buena educación”.

Expresarse de esta manera modela un alto grado de responsabilidad personal. No se culpa a nadie y por lo mismo la colaboración se da de inmediato.  Cosa contraria a cuando se explota y se culpa a todos de una situación, por ejemplo: “ Esta casa es un desorden..Llega uno cansado y se encuentra con puros problemas. Lo mejor sería haberme quedado a trabajar”. Esta expresión va, por supuesto, acompañada de un alto nivel en el tono de voz y una expresión corporal nada agradable. El “mensaje YO” elimina todo esto y solo permite expresar el sentimiento. No se lastima a nadie; no se reprime la ira o el enojo; y sí se prepara un terreno para una solución al problema.

Recuerde:  La ira es como un huracán que aparece de pronto y destruye hasta lo construido con sólidos cimientos…